Los antioxidantes constituyen la defensa del cuerpo contra la destrucción de las paredes y otras estructuras celulares, y por lo tanto fortalece la lucha del cuerpo contra el tabaco, el alcohol, la contaminación, las bacterias, los virus o el cáncer. Incluyen un grupo de sustancias que se encuentran de forma natural en los alimentos y bebidas, especialmente en cereales, frutas y verduras. Las vitaminas C y E son los antioxidantes más conocidos.
Diferentes estudios no han dado una respuesta clara sobre si el uso clínico de antioxidantes puede prevenir o curar enfermedades, por lo que todavía no hay ninguna base científica para recomendarlos de manera profiláctica. El mejor consejo para mejorar la defensa antioxidante del organismo sigue siendo una dieta variada, rica en frutas y verduras, junto con ejercicio regular.