Es importante empezar lo más pronto posible a enseñar a los niños buenos hábitos alimenticios. El primer alimento del recién nacido es la leche materna, ésta tiene un contenido de nutrientes que se adecua a las necesidades del niño. Por ello se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y combinada con otros alimentos durante el primer año de vida. Sin embargo, la leche materna contiene muy poca vitamina D, por lo que se recomienda suplementar con dicha vitamina a los recién nacidos, especialmente en zonas con poca exposición solar.
La demanda de energía y las necesidades de nutrientes como el calcio, hierro, vitamina D y C, son más altas que en cualquier otro grupo de edad. A partir de los tres años los niños ya no necesitan mayor proporción de nutrientes que los adultos.
La velocidad de crecimiento alcanza un máximo a los 12 años en las niñas y a los 14 años en los niños. Muchos jóvenes tienen grandes necesidades energéticas, debido principalmente a la alta actividad física y al crecimiento. En estos momentos las necesidades de calcio y zinc son muy altas. En las niñas aumentan las necesidades de hierro a partir de la primera menstruación. Sin embargo, asegurando una dieta equilibrada en los niños y jóvenes, los requerimientos de minerales y vitaminas estarían cubiertos.