6.2 Vejez

Las personas de edad avanzada requieren menor cantidad de alimentos, sin embargo tienen la misma o mayor necesidad de nutrientes esenciales. Esto se debe a que en el proceso de envejecimiento todas las funciones del cuerpo se desarrollan más lentamente. Durante la digestión se produce una ralentización en la absorción de los nutrientes, por ello hay una posible necesidad de suplementarlos.

En los ancianos existe una disminución de las necesidades energéticas debido tanto a un descenso del metabolismo basal como a un nivel de actividad física más bajo. Por lo tanto, hay que tener presente que puede haber una variación considerable en la demanda de energía en estas personas según el peso corporal, el entorno y la actividad física. Además, las enfermedades pueden afectar a las necesidades energéticas o de algún nutriente específico.

En términos generales, de los 30 a los 80 años, se produce una reducción de consumo de energía de entre un 20 y un 30 por ciento. Alrededor de una tercera parte de esta reducción se debe a la pérdida de células metabólicamente activas, lo que supone un descenso en el metabolismo basal, mientras que dos terceras partes se deben a una reducción de la actividad física.