La mayoría de los ancianos hasta los 70 años de edad, debido a una reducción en el nivel de actividad, sufren un aumento en la cantidad de grasa corporal. A partir de ese momento, debido a una reducción en la altura, puede haber también una reducción de peso.
Debemos distinguir en el grupo de edad avanzada entre los más jóvenes y los más ancianos. Los más jóvenes pueden necesitar una reducción en el consumo de grasa. Sin embargo, las personas de edades más avanzadas tienen más riesgo de desnutrición. Tanto unos como otros ingieren menor cantidad de alimentos que antes, sin embargo tienen la misma o incluso mayor necesidad de nutrientes y de energía. Por este motivo la dieta en edades avanzadas debe tener mayor concentración de nutrientes. Esto se puede conseguir disminuyendo el consumo de grasas e hidratos de carbono y aumentando el consumo de proteínas. La carne, el pescado, los huevos, la leche, el queso, los cereales, el arroz y las legumbres son alimentos ricos en proteínas. Además, se pueden utilizar productos o suplementos especiales.
Por otro lado, los ancianos tienen también mayores requerimientos de vitaminas y minerales, que pueden ser añadidos a la dieta, por ejemplo, mediante la ingesta de suplementos multivitamínicos o productos especiales.