La pérdida de peso en los ancianos puede deberse a muchas causas. Por ejemplo, puede haber una falta de apetito debido a una depresión, a la toma de medicamentos o a alguna enfermedad. Los pacientes con enfermedades como el cáncer, problemas de corazón o de pulmón, con infecciones crónicas o enfermedades reumáticas son especialmente vulnerables.
La boca seca, las molestias en la boca, o las dificultades en la masticación pueden causar problemas de deglución. Muchas personas mayores tienen en mal estado la dentición. Con la edad, la saliva cambia y se hace más espesa. La boca seca junto con el mal estado de la mucosa, provocan mal aliento y mal sabor en la boca, que a su vez causan la pérdida de apetito y pérdida del gusto. El sarro en los dientes y en las encías proporciona alimento para las bacterias y favorece el crecimiento bacteriano.
La disminución en la producción de enzimas provoca problemas digestivos. La hernia de hiato, situada entre el esófago y el estómago, es un trastorno bastante frecuente en los ancianos. Esto provoca problemas como el reflujo gastroesofágico y la esofagitis.